

A lo largo de mi vida descubrí que la música es un lenguaje universal porque nos conecta más allá de las palabras.
La música es emoción, un refugio para el espíritu y una herramienta poderosa para dar sentido a lo inexplicable.
La música transforma momentos simples en experiencias trascendentales, sana heridas invisibles y une corazones.
Para mí, la música no es sólo un arte: es la vida misma sucediendo. Desde que tengo memoria, la música ha sido mi refugio, mi lugar seguro.
No sólo me apasiona, sino que me conecta con lo esencial: presencia, aceptación y expresión del ser.
Estos elementos me conducen a la plenitud, transformando cada nota en un recordatorio de lo que importa.
La música no es sólo un acompañante, es…
ANDREA
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